lunes, noviembre 24, 2008
domingo, noviembre 16, 2008
Yo soy esa persona
Yo soy esa persona…La que siempre pregunta "¿cómo estás?".
La que gusta de sonreír a pesar de que sus dientes no tienen ortodoncia.
La que se fotografía a pesar de que su rostro tiene manchas.
La que tiene ojeras por falta de sueño que no obedece a estudios ni problemas.
La que intenta evitar los “siempre/nunca/jamás”.
La que dice “te quiero” rara vez.
La que gusta de abrazos y no los pide.
La que sabe coreografías y las reproduce con empacho y risita nerviosa.
La que posee vetas artísticas que censura al público.
La que es más empática de lo que quisiera.
La que siente que no se desliga del todo del pasado.
La que se posee de seriedad y seguridad cuando entrevista.
La que acostumbra hacer todo solo.
La que demuestra sus convicciones con olor a orgullo.
La que ubica a alguien cuando se pierde mucho tiempo.
La que no es partidaria de elegir y publicar títulos entre sus partidarios.
La que discute con dilemas constantemente.
La que piensa que el amor existe para otros.
La que evita las faltas de ortografía.
La que no habla primero en MSN porque está traumada con interrumpir.
La que es adicta a las galletas Oreo.
La que una canción levanta y otra derrumba.
La que llora al oír el Ave María.
La que acicala su pelo con demasiada frecuencia.
La que idolatra con su cuerpo y mente a Rihanna y Beyoncé.
La que tiene en su clóset pantalones acampanados.
La que desearía no depender de sus amigos.
La que es ingeniosa para las analogías.
La que se sabe como maniático del orden y la limpieza.
La que espera el día donde cambie su hábitat.
La que responde un “estoy bien” a pesar de que no lo esté.
La que tiene fuerte tendencia al psicoanálisis.
La que colecciona pulseras.
La que espera preguntas para contestar.
La que rechaza el cariño porque piensa que eso es mostrar debilidad.
La que se aísla cuando no está bien.
La que escribe con códigos con comodín de ayuda del autor.
La que necesita un confesor que dé perdón por las faltas.
La que necesita todo lo que canta Marie Serneholt.
La que se cansa y se frustra de ser el pastor del grupo.
La que odia los “juntémonos un día” que no tiene ni fecha ni hora.
La que ama las conversaciones cara a cara.
La que opina que no debería publicar su vida a este nivel.
Sí, yo soy esa persona.
domingo, noviembre 02, 2008
Lea que lea para que lea y lea
Una vez más, me falló el cálculo. Pero esto es a puro ensayo y error, y tal vez nunca concreté algo definitivo en ese aspecto. Lo sé, yo estoy diciendo “nunca”, la persona que aconseja eliminarlos de la jerga al hablar con sinceridad; pero en ese caso, tengo esperanza muy voluble. Incluso, pienso que algún día dejaré de ensayar de esta forma.Definitivamente debería existir un suplemento para la felicidad química.
¿Hasta dónde uno posee control de si mismo? Hace unos días atrás me sentí sumamente frustrado porque me amargué. Tampoco es que tenga prohibido bajar de la sonrisa o la boca en forma horizontal, sino que sentí debilidad por “bajonearme”. Las comillas tienen una razón simple, me niego a permitir días muy aborchonados. O sea, no es que me dio complejo de felicidad auto-impuesta e artificial, pero…la temporada de caídas y descalabro, quiero que sólo se quede en los mercados bursátiles.
No obstante, un amigo muy lógicamente me dijo algo así: “debes permitirte la debilidad y saber que es por hoy. Mañana es un día diferente”. Es cierto, no firmamos contrato a algún plazo fijo con nuestras emociones, sino que firmamos de tipo indefinido, y como nuestros empleadores, decidimos esta fecha. Algo así: nosotros decidimos cuando dar vuelta la página del libro, pero no prevemos la corriente de aire que puede volver a ponerla encima. En modo aún más reiterativo y simple: cada uno decide sus tiempos.
Recibí hace semana y media una frase ronda conciencia: “no todos tenemos tu resiliencia”. Quedé asombrado, pues no dejaba de apoyar otros comentarios. Como muchos de comentarios/cumplidos de gente que me conoce en algún grado, le otorgué parcial credibilidad. ¿Mi capacidad para sobreponerme a la frustración sería buena comparada con la de una muestra del mundo que me rodeo? Objetivamente, habría que sacar light/liviano de ese mundo para responder la interrogante.
¿Qué sucederá el día que sea una persona bastante transparente en momentos malos? Me refiero a una persona que no duda en contestar con un “mal” al cotidiano (a veces preocupado y muchas otras desinteresado) “¿cómo estái?”.
Lector, rayar la papa es rayar la papa. Rayar la papa es humano, pero…rayar la papa es rayar la papa. Otra recomendación para todos (me incluyo): cuando lo haga, ráyale cuánto y cómo se le antoje, y si es posible, con un rayador poco maniobrable que le aseguré alguna herida en los nudillos, así recordará la ocasión. Si lo pone malito recordar, ocupe un rayador y guantes de cocina por preucación.
¿Este texto no tiene hilo conductor? Lea el título de este blog y tiene respondida la pregunta.
A pesar de tener trancas existencialistas con admitirme/permitirme depresiones en mi vía, no tengo reparo en admitir, ante mis cafés ojos, que soy una persona dependiente de personas. Y como si fuera la Jennifer Lopez en una performance empiezo a pregonar “¿Cómo está mi gente bonita? Are you having a good time?”. Sé que puedo tener la, para algunos despreciada y para otras valorada, etiqueta de Eli De Caso, Andrea Molina, Paulina Nin (en sus momentos de lúcidez y labor social). Salvo algunas pequeñas diferencias: yo no paso por un camerino antes de dar un consejo, no lo hago en un registro audiovisual, no lo hago ante terceras personas, no tengo auspiciadores, no tengo asesoramiento, no espero un APES ni un Nobel. Sigo teniendo certeza que mis iniciales son RVA y no EDC, AM u PNDC. Puede tomar este párrafo como quiera y apelar a mi vanidad, pero como soy catete y este es mi puto texto, reitero: lea el título de este blog.
¿Estoy mintiendo/omitiendo/guardando/celando información?
¿Un extraño? Contaré que el sábado a las 7:00 a.m. estaba caminando desde el metro hacia casa y sentí ganas de correr rápidamente por la vereda con el pelo ya desarreglado por el sudor y en mis zapatillas de firme horma. Sonando una bailable canción, llegué a mi casa agitado, contento y pensando en lo particular.
P.D.: Querid@ Dion (8)me haces faltas, mucha falta(8). Sí, I Need A House está al acecho.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)


