
Allí iba yo, atolondrado por los medicamentos, caminando por el centro de la carretera. Un camión venía por la pista derecha. Las bocinas no se escuchaban dentro de mi ruidosa mente. Miro al frente y vi las luces del parachoques alumbrando mi figura. Pasmado. Un alce salió de un costado de la pista y embistió por mi izquerda. Fui arrastrado hacia fuera de la senda por el impacto. Pasó el camión; me levanté, ahora aturdido por el golpe, mirando las heridas de la caída. Busque al animal en la vía, cuando uno de sus majestuosos cuernos tocó mi mano. Me miro con complicidad y dulzura. Apenado, sólo pude atinar a agradecerle una vez más.
Fuera de las variables tiempo y espacio, los contextos y los momentos son únicos. Su sabiduría en este campo es otro punto de mi admiración.
Necesitaba tanto eso. Necesitaba tanto que alguien me recordara quién soy yo.
Señor Alce, una vez más, muchísimas gracias.


3 comentarios:
casi sin palabras...
gracias...
una embestida, eh?
wow
suena fuerte
pero qué bueno
fue otra forma de llegar a ti
un abrazo enorme
enorme
Hola
yo yo a ti te conosco de un fotolog
muy interesante tu blog
ia cuando tenga tiempo lo leo todo
jejjeje soy el silfo
sisi y te conosi a travez e sarah
cuidate
AdeuZ.....
que buena, me gustó
mr. alce no falla
aparese cuando tiene que aparecer
besos te quiero
chau
Publicar un comentario