martes, diciembre 30, 2008

Gracias...

Querido visitante:

En estos doce meses realicé un experimento. No, no me embaracé ni nada que tenga que ver con gestación porque no ocuparé ese cliché para hablar de mi obra. Me motive y quise abrir este blog como lo hice hace dos años atrás. El resultado: 53 textos, mi primera novela virtual, poesías, dedicados, canciones, recados, reflexiones, ocio y demases. Todo encriptado para los simpatizantes de Conan.

Y sí, lector. Aquí mis Huellas 2008, sin Consuelo Saavedra.

Inspirado. Yo me vuelvo malo

No quería que ese barco llegara

Moría de miedo por lo que en la mesa depositaba

Pero tenía gente
Take Me To Another Place?On the stage, que todos lo sepan
Geri’s gone. Que nadie lo sepa
Emma sent to you a big hug
 Yo he dicho Bye-Bye. Thanks U, Mimi!
Si la vida te tira un flash
No dudes en sospechar
Cuando los prejuicios dominan, y me tragué cada palabra con bencina
Por muchas vueltas que tenga un nudo, este se desata
Es la hora de bailar
Me fascina intentar encantar
Hay algo que te debo contar
Geri ha vuelto. La química comienza otra vez
El verde sienta bien
Mama, I care…¿Dónde se fueron todos?
Mama, I love your regret
Si es mi cualidad: ovejas, aquí estoy
¿Alguna duda de quién soy?En un disfraz no esPues escucha: this is my waySin olvidar a quienes otorgo ley
A mis amigos, gracias por disfrutar y ser parte de este 2008. Sin ustedes, nada hubiera sido igual. Por cada llamada, por cada visita, por cada junta, por cada palabra, por cada pieza, por cada y mi quijada que puede continuar.

Gracias a esta ventana me topé y tuve comentarios de gente interesante y que aprendí a conocer y a querer de una manera sorpresiva, como R!sk, y últimamente, la Darkalén. Nuevamente el título por estar ahí para leerme, por el ínteres y las palabras dadas de acuerdo a los contextos; esto los han convertido en personas que de algún modo se han gratamente filtrado en mi paso. Lector, hágase un blog (si no lo tiene) y me cuenta cómo le va.

Una lovely mención para dos valores: la Multifácetica Agresiva y la Hippona Estilona Metalera. Sé que las circunstancias harán que lo que se formó siga sacando hojas lindas y perennes. De ganas de regar nadie está seco.

Gracias visitantes, por las cerca de 700 visitas en nueves meses de blog. Si bien los posts no son acordes de este número, espero que las husmeadoras pasadas te hayan permitido intentar encontrar eso que buscabas. Así que, visitante, para usted mis mejores y sinceros buenos deseos en el año que viene.

Como me llegó en un saludo el otro día...nunca olviden y sean sinceros al decir estas frases: "te quiero", "te necesito", "me dañaste" y "lo siento". Avanzamos de mejor modo cuando somos honestos y expresivos.

Rebirth dejó el Bad.

Y este blog dice adiós.

miércoles, diciembre 24, 2008

I Believe In Father Christmas



Porque sólo ella puede cantar canciones navideñas luciendo tan trannylicious, estirada, estucada y elegantemente vestida a los 48 años. No me importa que ocupe ese vestido blanco más que el pijama. Te amo Sarah B., y adoro la Navidá.

Muy Feliz Navidá

They said there'll be snow at Christmas,
They said there'll be peace on earth,
But instead it just kept on raining,
A veil of tears for the Virgin birth.

I remember one Christmas morning,
The Winter's light and a distant choir,
And the peal of a bell and that Christmas tree smell,
And eyes full of tinsel and fire.

They sold me a dream of Christmas,
They sold me a silent night,
They told me a fairy story,
'Til I believed in the Israelite.

And I believed in Father Christmas,
And I looked to the sky with excited eyes,
Then I woke with a yawn in the first light of dawn,
And I saw him and through his disguise.

I wish you a hopeful Christmas,
I wish you a brave New Year,
All anguish, pain and sadness,
Leave your heart and let your road be clear.

They said there'd be snow at Christmas,
They said there'd be peace on earth,
Hallelujah! Noel!, be it Heaven or Hell,
The Christmas we get, we deserve

I Believe In Father Christmas por Sarah Brightman

lunes, diciembre 22, 2008

Síndrome Tía Regia


Estereotipo recurrente perteneciente a la sociedad analizada en un aspecto macro y trans cultural. Dícese de aquel personaje, generalmente de género femenino, que obedece a patrones etarios y rasgos físicos recurrente que permiten elaborar una generalización.

El síndrome Tía Regia se ubica en edades cercanas a treinta y cinco años. Está presente en buena parte de las familias, tanto a nivel local como foráneo. Esta persona representa un vivo ejemplo de, en términos propiamente nacionales: “se le fue el tren”.

Tía Regia, primero que todo, obedeciendo al calificativo, posee una figura destacada. Como es solterona y no tiene pareja ni hijos, ni mascotas demandantes de horas de cuidado al día, puede pasar largos períodos incrustada en una elíptica y en una colchoneta haciendo abdominales y estocadas. Por esta misma condición física, es envidiada por aquellas mujeres madres de familia que los embarazos y cesáreas acabaron con tonicidad muscular y cuerpos estilizados, como también por aquellas que el noviazgo y las cenas fuera acabaron con figuras de algún nivel de cuidado.

Antes de seguir avanzando, es importantísimo recalcar el factor económico. Generalmente son personas con un buen pasar económico en este sentido. Si bien, no ostentan cargos como gerencias, el sueldo es coherente para su estilo de vida.

Personas con etiqueta de Tía Regia son excéntricas, pues no han tenido que lidiar mayormente con otra personalidad y carácter que no sea el propio. Por lo mismo, son sumamente obstinadas y seguras de sus gustos, sin importar cabalmente el “qué dirán” pues la cuota de auto-referencia es elevada. Esto es aplicado en aspectos como vestir –siempre están relativamente bien vestidas y con nuevas prendas que exhibir porque “se echan la plata encima”-, hábitos alimenticios y pasatiempos.

Tía Regia es uno de los familiares preferidos dentro de los clanes pues no debe repartir su dinero en muchas personas; razón por la cual, sus regalos son los más apetecidos.

La personalidad de este patrón tiene a ser bastante cariñosa, empática y liberal. Detalles formados por la ineficiente búsqueda amorosa que mayoritariamente le ha traído relaciones amorosas efímeras, inconstantes y desechables. Podríamos decir que las circunstancias la convierten en icono de soltería.

Amante de bebidas alcohólicas que terminen en “sour” y “colada”. Muy amiga de las amigas, pues como no posee pareja estable y generalmente deambula con partners pasajeros; por lo que comúnmente está disponible para esa llamada telefónica nocturna o ese café después del horario laboral.

Su círculo social pertenece a amigas del trabajo, algunas de años, amigas más jóvenes que la admiran por su “parada de seguridad” y la excelente amiga separada de turno –sólo hasta que vuelve a reconciliarse con el marido-.

El prototipo Tía Regia suele autodefinirse de modo sincero como una persona nociva, cuestionadora y existencialista de su vivir y de quienes la rodean. Una desilusionada amorosa que no repara en adjetivarse amargada y extrañamente conservadora. Hacen hincapié en que son, pueden o han sido dichosas, pero siempre mermadas por las confusas flechas de Cupido. Incluso, algunas aclaran que cederían gran parte de su estilo de vida por tener algo de casada y vida familiar.

martes, diciembre 09, 2008

En un doceavo mes

A pesar de que he intentado escribir sin que suene como un puto anciano sabio producto de su ermitañismo, creo que todavía existe ese aroma a pseudo absolutismo y a gracia divina de “domino la verdadera verdad”.

Se fue noviembre, algo que deseaba. Un mes rescatable en el sentido de que aprendí y volví a cuestionarme cosas que constantemente doy por saldadas. Desaparecieron algunos y volvieron otros. Mágicamente, el Sr. Alce regresa y sus palabras son tan coherentes como la lectura de mi diario: “tienes que hacerte cargo de tus cualidades”.

Estoy resignado respecto a lo ocurrido últimamente, no con un adverbio de cantidad antes de aquella palabra. Vuelve a ser llevable y con una variable cuota de frustración. Dion sigue sin aparecer.

Ocupemos otro lindo cliché: “lo importante es el ahora”. Stuff ocupa mi mente; logré una memorable reunión de monarcas en mi palacio; soy tan lovelymente maníaco que me sorprendo.

No, estimad@s. No me dio un poderoso ataque de humildad, ni me ha invadido el recogimiento por las vísperas navideñas. Yo con mi disociación temporal por el alargado período de estudios, me cuesta mucho asimilar que quedan tres semanas para que se acabe el año y todo lo que ello implica.

Ya tengo anotadas las tareas hasta el primer día del año que viene. Ni idea de que sucederá adelante. Ahora, no quiero hablar del futuro sin tener presente el pasado.

Las curvas, el camino sin asfaltar, el equipaje… ¿Y si no quiero mirar por el espejo retrovisor?

lunes, noviembre 24, 2008

Estimad@s

Por un trato justo, la consulta se cierra.

En caso de emergencia, tome un diazepan o consulte al especialista más cercano.

Atte.
Yo

domingo, noviembre 16, 2008

Yo soy esa persona

Yo soy esa persona…

La que siempre pregunta "¿cómo estás?".
La que gusta de sonreír a pesar de que sus dientes no tienen ortodoncia.
La que se fotografía a pesar de que su rostro tiene manchas.
La que tiene ojeras por falta de sueño que no obedece a estudios ni problemas.
La que intenta evitar los “siempre/nunca/jamás”.
La que dice “te quiero” rara vez.
La que gusta de abrazos y no los pide.
La que sabe coreografías y las reproduce con empacho y risita nerviosa.
La que posee vetas artísticas que censura al público.
La que es más empática de lo que quisiera.
La que siente que no se desliga del todo del pasado.
La que se posee de seriedad y seguridad cuando entrevista.
La que acostumbra hacer todo solo.
La que demuestra sus convicciones con olor a orgullo.
La que ubica a alguien cuando se pierde mucho tiempo.
La que no es partidaria de elegir y publicar títulos entre sus partidarios.
La que discute con dilemas constantemente.
La que piensa que el amor existe para otros.
La que evita las faltas de ortografía.
La que no habla primero en MSN porque está traumada con interrumpir.
La que es adicta a las galletas Oreo.
La que una canción levanta y otra derrumba.
La que llora al oír el Ave María.
La que acicala su pelo con demasiada frecuencia.
La que idolatra con su cuerpo y mente a Rihanna y Beyoncé.
La que tiene en su clóset pantalones acampanados.
La que desearía no depender de sus amigos.
La que es ingeniosa para las analogías.
La que se sabe como maniático del orden y la limpieza.
La que espera el día donde cambie su hábitat.
La que responde un “estoy bien” a pesar de que no lo esté.
La que tiene fuerte tendencia al psicoanálisis.
La que colecciona pulseras.
La que espera preguntas para contestar.
La que rechaza el cariño porque piensa que eso es mostrar debilidad.
La que se aísla cuando no está bien.
La que escribe con códigos con comodín de ayuda del autor.
La que necesita un confesor que dé perdón por las faltas.
La que necesita todo lo que canta Marie Serneholt.
La que se cansa y se frustra de ser el pastor del grupo.
La que odia los “juntémonos un día” que no tiene ni fecha ni hora.
La que ama las conversaciones cara a cara.
La que opina que no debería publicar su vida a este nivel.

Sí, yo soy esa persona.

domingo, noviembre 02, 2008

Lea que lea para que lea y lea

Una vez más, me falló el cálculo. Pero esto es a puro ensayo y error, y tal vez nunca concreté algo definitivo en ese aspecto. Lo sé, yo estoy diciendo “nunca”, la persona que aconseja eliminarlos de la jerga al hablar con sinceridad; pero en ese caso, tengo esperanza muy voluble. Incluso, pienso que algún día dejaré de ensayar de esta forma.

Definitivamente debería existir un suplemento para la felicidad química.

¿Hasta dónde uno posee control de si mismo? Hace unos días atrás me sentí sumamente frustrado porque me amargué. Tampoco es que tenga prohibido bajar de la sonrisa o la boca en forma horizontal, sino que sentí debilidad por “bajonearme”. Las comillas tienen una razón simple, me niego a permitir días muy aborchonados. O sea, no es que me dio complejo de felicidad auto-impuesta e artificial, pero…la temporada de caídas y descalabro, quiero que sólo se quede en los mercados bursátiles.

No obstante, un amigo muy lógicamente me dijo algo así: “debes permitirte la debilidad y saber que es por hoy. Mañana es un día diferente”. Es cierto, no firmamos contrato a algún plazo fijo con nuestras emociones, sino que firmamos de tipo indefinido, y como nuestros empleadores, decidimos esta fecha. Algo así: nosotros decidimos cuando dar vuelta la página del libro, pero no prevemos la corriente de aire que puede volver a ponerla encima. En modo aún más reiterativo y simple: cada uno decide sus tiempos.

Recibí hace semana y media una frase ronda conciencia: “no todos tenemos tu resiliencia”. Quedé asombrado, pues no dejaba de apoyar otros comentarios. Como muchos de comentarios/cumplidos de gente que me conoce en algún grado, le otorgué parcial credibilidad. ¿Mi capacidad para sobreponerme a la frustración sería buena comparada con la de una muestra del mundo que me rodeo? Objetivamente, habría que sacar light/liviano de ese mundo para responder la interrogante.

¿Qué sucederá el día que sea una persona bastante transparente en momentos malos? Me refiero a una persona que no duda en contestar con un “mal” al cotidiano (a veces preocupado y muchas otras desinteresado) “¿cómo estái?”.

Lector, rayar la papa es rayar la papa. Rayar la papa es humano, pero…rayar la papa es rayar la papa. Otra recomendación para todos (me incluyo): cuando lo haga, ráyale cuánto y cómo se le antoje, y si es posible, con un rayador poco maniobrable que le aseguré alguna herida en los nudillos, así recordará la ocasión. Si lo pone malito recordar, ocupe un rayador y guantes de cocina por preucación.

¿Este texto no tiene hilo conductor? Lea el título de este blog y tiene respondida la pregunta.

A pesar de tener trancas existencialistas con admitirme/permitirme depresiones en mi vía, no tengo reparo en admitir, ante mis cafés ojos, que soy una persona dependiente de personas. Y como si fuera la Jennifer Lopez en una performance empiezo a pregonar “¿Cómo está mi gente bonita? Are you having a good time?”. Sé que puedo tener la, para algunos despreciada y para otras valorada, etiqueta de Eli De Caso, Andrea Molina, Paulina Nin (en sus momentos de lúcidez y labor social). Salvo algunas pequeñas diferencias: yo no paso por un camerino antes de dar un consejo, no lo hago en un registro audiovisual, no lo hago ante terceras personas, no tengo auspiciadores, no tengo asesoramiento, no espero un APES ni un Nobel. Sigo teniendo certeza que mis iniciales son RVA y no EDC, AM u PNDC. Puede tomar este párrafo como quiera y apelar a mi vanidad, pero como soy catete y este es mi puto texto, reitero: lea el título de este blog.

¿Estoy mintiendo/omitiendo/guardando/celando información?

¿Un extraño? Contaré que el sábado a las 7:00 a.m. estaba caminando desde el metro hacia casa y sentí ganas de correr rápidamente por la vereda con el pelo ya desarreglado por el sudor y en mis zapatillas de firme horma. Sonando una bailable canción, llegué a mi casa agitado, contento y pensando en lo particular.

P.D.: Querid@ Dion (8)me haces faltas, mucha falta(8). Sí, I Need A House está al acecho.

sábado, octubre 11, 2008

Vamos por mucho, mucho más

Cómo los cambios de estaciones nos impactan. Si bien, para mí y unos pocos la primavera ha significado una lluvia de proporciones de buenas vibras y buenas acciones, para otros ha significado el seguimiento o el inicio de catástrofes de diversa índole.

Ahora es donde me pongo del lado de la teoría de los “quizás”. Quizás todos debemos pasarla mal durante alguna época del año y así justificar el efecto mariposa. Quizás los conflictos son problemas que por mucho que se cuelen, igual terminan por rebalsar su recipiente. Quizás yo tenga una caída de gran altura pronto. Quizás los círculos nocivos sentimentales son adicciones traumáticas de largas rehabilitaciones. Me gusta ese último término.

Hace varios meses atrás, con melancolía y resignación escribí: “siento que mi vida lúcida ha transcurrido entre rehabilitaciones”. No deja de ser cierto y no deja de ser generalizador. Pero, marcó la diferencia entre rehabilitaciones y renacimientos. Renacer es mucho más macro y más totalizador. Es cierto “Roma wasn’t built in a day”, pero quizás sí ocurrió en dos. No es una carrera por superar los obstáculos, sino caracterizar e intentar controlar el tiempo que demoramos en volver a enderezarnos y emprender de nuevo la marcha.

Yo no estoy ni en una carrera, menos en una marcha. Estoy en mi vía in “my own sweet time”. A mis personas, gracias por ser eso. Y a mí: “feliz primer mes…vamos por mucho, mucho más”.

Finalmente, una musa inspiradora y su hit inspirador. Pueden llover algo más que hombres. Sí, existe la lluvia en primavera.

Humidity's risin’, barometer's getting low
according to all sources, the street’s the place to go.
‘Cos tonight for the first time, at just about half past ten
for the first time in history, it’s gonna start raining men

It's raining men – Aleluja.
It's raining men – Amen.
It's raining men – Aleluja.
It's raining men – Amen.

Humidity's risin', barometer's getting low
according to all sources, the street’s the place to go.
‘Cos tonight for the first time, at just about half past ten
for the first time in history, it's gonna start raining men

It's raining men – Aleluja.
It's raining men – Amen.
I'm gonna go out, I'm gonna let myself get
absolutley soaking wet

It's raining men - Aleluja .
It's raining men - Every specimen
tall, blond, dark and mean
rough and tough and strong and lean

God bless Mother Nature, she's a single woman too.
She took over heaven, and she did what she had to do.
She fought every angel, to rearrange the sky
So that each and every woman could find the perfect guy

It's raining men
(Go get yourself wet girl. I know you want to!)

I feel stormy weather moving in.
(About to begin)
Hear the thunder, don't you lose your head
Rip off the roof and stay in bed
(Rip off the roof and stay)

It's raining men – Aleluja.
It's raining men – Amen.
It's raining men – Aleluja.
It's raining men – Amen.


It’s Raining Men por Geri Halliwell

domingo, septiembre 21, 2008

Salió el Sol, cambio de estación

Una vez más, se terminan los períodos…es un nuevo cambio de temporada. Ahora, se acabó el invierno, se acabaron mis vacaciones, se acabaron esas desmotivaciones. Sí, paso por una avalancha de buenas sensaciones desde hace varios días. No puedo ser cínico, y admitir que la felicidad bioquímica tiene mucho que ver…pero es felicidad al fin y al cabo, y está al alcance mío (y de todos, al fin y al cabo).

Obvio, llegó la primavera y eso significa la limpieza de esta estación. Así que di vuelta el bolso y saqué cuanta boleta y cuanto recuerdo innecesario había acumulado allí. Y volví a caminar, con ropa liviana, el paso firme y la sonrisa segura. Buenas ondas en el aire y en el cabello.

Incluso, llega a tanto la dicha que hasta el traje de palacio comienza a cambiar, y no sólo por factores climáticos, si hasta el modista habla de eliminar la capa y modificar las piedras de la corona. Una decisión que su Alteza está evaluando, junto con los presupuesto del reino.

Adorablemente, se juntaron seres adorables en juntas adorables con conversaciones adorables…lo que deja un gusto de un adorable postre. Reunión con muchos miembros de la Corte Real, alguna discusión y las ganas para seguir superando las expectativas puestas en los roles.

Pasado, presente y futuro. Cartas en la baraja del brujo de Palacio que sólo apunta a las corazonadas de quien se sienta en el trono. Mientras, siguen las cirugías y las tranquilizantes palabras del cirujano cuando sale del pabellón y anuncia “fue todo un éxito”.

Ahora, a la parte complicada: la óptima mantención de todo esto.

martes, septiembre 09, 2008

Comenzar a sorprender(me)


Es tan cierto lo que me ha dicho varias veces el Sr. Alce. “Renacer” llegara/llegó a un punto donde no tiene mayor gracia, es menos deslumbrante y la sonrisa necesita cada vez otra capa de maquillaje. Pero, yo soy el puto dueño de Rebirth…y yo decido cuando deja paso a otra cosa, sobretodo cuento con la certeza de que cuando la voluntad me apoya, termino hasta yo sorprendido…

Sí, René si existe bajo Rebirth, Loveless y ReRe. La gente que me conoce sabe, o al menos tiene una concepción, de cómo opero con esas personalidades. Y, como el sabio Sr. Alce me señaló: “si quieres ser un modelo…házlo, súbete de nuevo a las pasarelas y vuelve a desfilar”.

Si la gente se aburre de René y sus fases...sinceramente, lo siento…es un indicio de incompatibilidad al cual tendré que atenerme. Pero, o sea…esto no es ningún mensaje personalizado, menos un mensaje que me dejo escrito por acá. Esto es un manifiesto.

Manifiesto que quiero comenzar a sorprender una vez más, que volveré a sentirme en entrenamiento y ensayando para el nuevo espectáculo, y que volveré a decir que estoy renaciendo. Lo sé, estas son sólo palabras y promesas, para mí…es una nueva meta, conmigo y con todas mis camas y petacas.

Adelante a los testigos, y a los que quieran les daré un asiento preferencial durante el rodaje de esta cinta.

Entre todas las fases, hace tiempo que tengo la certeza que volver al pasado no es lo óptimo. Si quiero algo de él, lo traigo y lo modificó para crear algo nuevo.

Bienvenid@ (seas quien seas), una vez más, a otro cambio.

lunes, septiembre 01, 2008

Encuentra los destellos

He aquí algunos…

http://rebirthgonebad.blogspot.com/2008/01/cancin-de-febrero.html

When all that you need to love
Is in front of your eyes
It's in front of your eyes


http://rebirthgonebad.blogspot.com/2008/01/da-actual-de-un-ao-anterior.html

“Llorar es sólo una discreta lágrima en mi rostro. Rostro sonriente aún con lluvia en él. Él, puede desaparecer y debe desaparecer para quedar atrás. Atrás sólo queda el tiempo”

http://rebirthgonebad.blogspot.com/2008/02/maldecir.html

“maldito corazón...

Entre tantas miradas, busco el amor a ciegas
Alguien que sin palabras, me haga sentir princesa
Quiero vivir mi vida siempre a corazón abierto
Y hallar una salida y dejar atrás el miedo


http://rebirthgonebad.blogspot.com/2008/02/hoy-alguien-pregunt-qu-se-ama-cuando.html

“Se acabó el verano revelador de mis personalidades y personas”

http://rebirthgonebad.blogspot.com/2008/04/you-use.html

http://rebirthgonebad.blogspot.com/2008/04/la-salida-sin-verdad.html

“Por otro lado, para Geri la salida del grupo fue el comienzo de una turbulenta temporada…”

http://rebirthgonebad.blogspot.com/2008/04/i-love-it-when-it-rains.html

You know I love it when it rains
'cause I feel you're here again
I love it when it rains
You see the rain is like your tears
and though you're far away you're here
The rain will bring you near
I love it when it rains


http://rebirthgonebad.blogspot.com/2008/05/adis-abril-adis.html

“Los primeros versos de Hung Up de Madonna retumbaron con fuerza, por lo que estuvieron dentro de los más pedidos por algunos días. Después alguna estrofa morena posteada por allí se ubico en el primer lugar del dial, Lynda y su A Mil Por Hora se colaron otros momentos. Actualmente se escuchan las risas de los radioescuchas al oír a las Spice Girls”

http://rebirthgonebad.blogspot.com/2008/05/tranquila-meloda-serena-sonrisa.html

Cuando mi mundo se vuelve irreal
y dolor es todo lo que siento
Cuando no puedo encontrar el amor que conocí
Es triste, pero cierto


http://rebirthgonebad.blogspot.com/2008/05/porque-as-lo-decid-as-lo-decidi-el.html

“Y todo esto no es un manifiesto de “estaba tan mal y me volveré a levantar”. Mal estuve hace tiempo, levantarme hace rato también lo hice. Mis pasos son silenciosos, y sólo los inconformistas y astutos que intentan descubrir que se esconde detrás de mi “estoy bien” puede que los vean. Siquiera el acoso de RiRi y Ne-Yo me van a empañar —por estos días, puedo articularlo hasta casi con un bosquejo de sonrisa en el rostro: su tiempo ya pasó—”


Sinceramente, espero que el alivio no tarde.

lunes, agosto 11, 2008

21: Piel

Queridísimo René:

Es heavy cumplir 21 años. Primero que todo, porque es la mayoría de edad mundial, después porque es el segundo año fuera del rango de los teenagers, y toda la culpa por comportarte, vestirte e intentar pensar como uno. Es cierto, no quieres veinte, ni veintiuno, ni diecinueve…por ti, volverías a los diecisiete encantado. No, no tienes un complejo de edad como Madonna, ni tampoco ando buscando arrugas donde con suerte existen ligamentos. No cambiarías tus salidas bailables por ahí por conversaciones sobre rock nacional en algún pub (lo siento, pero sí eres prejuicioso con los adolescentes, también lo eres con los veinteañeros). Simplemente, la vida pasada más que ser “mejor”, fue más sencilla.

Tienes 21 años y te cuesta asumir las responsabilidades que te desagradan. Sólo quieres ejercer tu voluntad a cabalidad. Querido niño, no siempre obtendrás lo que quieras (las madres son sabias). Sí, puede ser un complejo de Peter Pan…no obstante, no quieres volar con Wendy y una hada chillona de nombre Campanita. Quieres seguir volando como aprendiste a hacerlo, alguna vez, en algún tiempo, en algún lugar que no siempre quieres recordar. De hecho, tal vez nunca has dejado de volar, simplemente que con cada año que pasa, sientes que las alas pierden plumas, y tal vez no es un cambio de pelaje, sino un indicio que es tiempo de dejar de volar y comenzar a pisar firme.

Has tomado cosas en el camino: útiles, inútiles, desechables. Más que un desteñido y pegote jeans, siempre pones adelante los que han quedado: las personas que acompañan en momentos como este, las que no lo hacen, las que estuvieron, las que podrían hacerlo y las que no les interesa estar. Para bien o mal, tienes buena memoria…tanta, que recuerdas cada instante donde significaste personalmente una escena.

Se esperan cosas significativas, y esperan cosas conmemorativas. No haré alarde en esta especie de discurso de Thanksgiving Day por tu adorado cabello u algún referente externo. Aquí me pongo más serio y simplemente se me viene a la mente dos palabras: amigos, yo. El resto…lo acabó de decir.

Hace poco, un muy buen amigo te preguntó: “¿cuál crees que es tu misión en el mundo?”. No oraban ni pedían a alguna deidad por la salvación de nuestras almas. No pensaste mucho y respondiste: “para estar para quienes quiero y estimo”. No, no te consideras la reencarnación de alguna sor extranjera, tampoco haces mérito para un Nobel, tan sólo intentas ser espontáneo. Y esa es la gran crítica de quienes te conocen bastante: que el plano mío esté bajo capas.

Para mí, fuera de la sutilidad o ternura en sus palabras…es un reto, y muy coherente: “Ocúpate de ti mismo”. No es que no lo practiques, pero en eso Libra no te acompaña.

Explayándome acerca de conocer ¿Quiénes lo hacen? ¿Quiénes lo han hecho? ¿Quiénes lo harán? Aquí, otra pifia…y una bien discutida con algunos. “Secreta intimidad que llevo dentro” con un restringido paso para pocos. Lo reconoces y no tengo mayor empacho en describirlo: eres desconfiado de las personas. No pones pruebas cual Monte Everest para quienes intentan ganarse algún afecto, tan sólo eres demasiado propenso a observar y después arriesgarte a intentar un tipo de relación social.

Dilemáticamente: te conoces y te encantas. Muchas veces concluyes que eres “mediocre” o “del promedio”, sin embargo, por dentro escondes esa corona que te ganaste alguna vez y amas lustrar para notar su brillo.

En definitiva, eres un pendejo caprichoso, amable, testarudo, concreto, con muchas ganas de ser objetivo y con muchas ganas de perder el control. Actualmente, una persona con un desenfocado y poco creíble pasado, un tranquilo presente (y los ánimos) de un prometedor futuro. Un pequeño bailarín que de modo tímido se contornea a los ritmos, a los propios y a los ajenos, pero que siempre inventa u conoce la coreografía.

Para ti, sólo me resta desearte lo mejor y alegrarme por quienes te rodean. Es tu criterio, y en él confío. Al igual que exponerte de esta forma.

Muy feliz cumpleaños.

René.

En un frío despertar (14va parte)

- ¿Qué quieres? —irónicamente y con sensación de asco en el estómago…no daba crédito que lo tenía al frente—.
- O sea. Hola ¿Cómo estás? Yo estoy bien. Que bueno verte ahora, luego de tres meses y de muchas llamadas y mails ¿Los notaste? —definitivamente el sarcasmo estaba de moda, con una deslumbrante sonrisa y ojos aguamarina—.
- Bien por ti, yo estoy bien. Cuídate, adiós —terminé con una sonrisa incómoda y salí de su primer plano—.

Sólo quería encontrar a Roxana y salir de ese lugar. No soportaba su presencia, más que todo, por la incomodidad de tenerlo cerca en un espacio tan reducido. Demasiado incomodidad para soportar, y demasiado cinismo con el cual cargar para compartir un evento con él. Todavía no estaba capacitado para soportar a Alan y una plática de “aquí no sucedió mucho, hablemos de la vida”, sólo sabía que podría con él en un futuro no lejano…me conocía muy bien en ese aspecto.

Busqué entre los distintos grupos a mi amiga, pero parecía que la ansiedad me cegaba. Di algunas vueltas por las estancias del apartamento, rogando que él se hubiera mantenido en la terraza. Me percaté que alguien salía de una puerta.

- ¡Roxana, debemos irnos! —suplicando y con cara de aflicción—.
- ¿Qué pasó? —muy extrañada, voz de miedo—.
- Alan está aquí —me resigné ante la calma inminente para no causar escándalo en propiedad ajena —.
- No puede ser…Ya, invento algo y nos vamos al tiro. Espérame en la salida del departamento.
- Gracias.


Me dejó en el umbral de ese pasillo y comenzó a buscar al festejado para inventarle quizás qué excusa: un familiar en la clínica, un gato en el veterinario, en fin, sólo deseaba salir de ahí. Decidí tomar algo para calmar los nervios presentes, así que en un acto fuera de todo protocolo, me dirigí a la cocina a husmear alguna muestra con grado alcohólico superior a veinte. Pasaba entre la gente con complaciente mirada, evitando chocar tanto los hombros con ellos por mi apuro camuflado tras mi expuesta dentadura.

Al fin encontré la cocina, en el mismo corredor que daba hacia la escapatoria de ese recinto. Entré y dejé centímetros de overtura en esa negra puerta. La estancia asimilaba tanta luz, por todos los tonos claros en muebles, cerámica, pintura e iluminación. Abrí el impecable refrigerador sin imanes alusivos a compañías de gases u comida rápida, y encontré una botella de sidra, seguramente un regalo para el cumpleañero. No dubité, y con mi mano izquierda la retiré del compartimiento sobre el cual residía. Sosteniéndola, busqué entre los cajones un sacacorchos. Buena fortuna al encontrar uno en el segundo compartimiento del estante. Unas maniobras más, y ya tenía la copa que encontré en el lavaplatos llena de un líquido ligeramente amarillo. Acerqué el borde del vaso al borde de mi boca, y tragué un poco. Delicioso tónico para este delirio.

La puerta de la cocina se abría y dejaba pasar una pequeña corriente de aire y a Alan, quien seguía sosteniendo su copa de vino tinto en la mano derecha.

- ¿Dónde te habías metido? —una mirada cómplice, mientras con su izquierda agarró la manilla dorada y cerró discretamente la puerta, para luego poner el seguro en la misma—.
- Sólo vine por algo para tomar. Ya me voy, de todos modos —la indiferencia total—.
- No permitiré eso sin antes…

Comenzó a caminar hasta quedar, en una nueva oportunidad, con nuestras caras a centímetros. Yo estaba quieto, sosteniendo mi trago, esperando su acción. Acercó más su boca, y me besó. No respondí ni a su gesto ni a su intento de provocarme la reacción.

Despegó sus labios de los míos, sonrío. Sus ojos destellaban, como los de un niño que comete una travesura.

- Te quiero y debes perdonarme —ahora la sinceridad está en boga, no podía negar que sonaba tan honesto—.
- No esperaba esto —perplejo, parecía que me hubieran quitado el alma en ese acercamiento. Tanto que no dije nada más por unos instantes—.
- ¿Te pasa algo? —preocupado, con sus cejas arrugadas y las pupilas grandes—.
- Pasa que… —alcé mi sidra y sonreí ampliamente, como la ocasión lo ameritaba— quiero brindar.
- ¿Por qué vamos a brindar?
—feliz y radiante como la cocina—.
- Brindo…porque no me pasa nada —estrellé mi copa sutilmente con la suya, escuché el chocar de los vidrios, lo miré fijamente y después tomé todo el líquido con rapidez, sin perder su vista de la mía—.
- ¿Ah? —ahora alguien más estaba perplejo y confuso—.
- Lo que oíste…no me pasa nada…contigo —volví a mostrar mis dientes con los labios curvados—.
- ¿Me vas a decir “adiós”? —incrédulo, con las cejas casi en los inicios de sus cabellos—.
- Yo sí digo adiós…

Estiré el brazo izquierdo que sostenía la copa vacía, para dejarla sobre el mesón del lugar. Roté horizontalmente y pasé por el espacio entre Alan y un mueble, moví el dorado cerrojo de la manilla y abrí la puerta para cerrarla desde el otro lado. Levanté la vista y estaba Roxana esperando con rastros de angustia.

- ¿Está todo bien?
- Todo bien, amiga. Todo bien —tranquila y concreta voz—.
- ¿Nos vamos? —aún inquieta—.
- Sí, al menos yo no tengo nada que hacer aquí —le tomé la mano que no sostenía la cartera, y entrelacé sus dedos con los míos—.
- Vámonos —ella relajó las facciones—.

Caminamos al ascensor y esperamos mientras este subía al piso 22.

- ¡No me despedí del cumpleañero! —sobresaltado, la miré—.
- No te preocupes, él es de lo más relajado. Aparte, ahora nos vamos “afligidos” a ver a tu tío en el hospital —soltó una carcajada contagiosa—.
- Me besó…en la cocina —tragué saliva para esperar un alegato por haberme dejado—.
- ¿Y?
- Nada, nada de nada.
- Alan es amigo del hermano del dueño del departamento.

- Alan es amigo del estuco en la puerta de su auto —volvimos a reír—.

Avanzando desde el portal del edificio hasta la avenida, aún tomados de la mano para esperar al taxi que nos albergaba en esta fría noche.

- Te odio, me puse tacos por nada.
- Sí, igual noté te tiritaban las canillas —achicando los ojos y en tono burlón—.
- Desgraciado —otra risa más—.

Durante el trayecto, aparte de notar la cansada mirada del taxista, sólo daba vueltas a lo sucedido. Nada me ocurrió. ¿Superación completa? Al menos, una tajada de la torta lo suficientemente grande como para dejar satisfecho un estómago exigente. Sin duda, ejercía la consecuencia: tanto la socialmente aceptada, como la que me surgía. No sentía que estaba censurando algo, pues estaba tranquilo, le daría un par de vueltas más al asunto…pero volvería a la conclusión inicial y espontánea: Alan y yo no son nada. Mi bomba vuelve a latir sin exhalar un nombre.

- Damián, Damián, despierta —Roxana me agitaba con suavidad—
- ¿Me quedé dormido? —analizando el lugar en que me encontraba: apoyando la cabeza en la ventana de un taxi—.
- Sí. Oye, bájate. Estamos en tu casa.
- Ya —me espabilé y agarré la manilla para abrir la puerta. Ya afuera del automóvil, me paré a un costado de este.
- ¿Quieres que me quedé contigo? —el viento me terminó de despertar y me percaté de lo preocupada cara de mi amiga desde dentro del vehículo—.
- No, gracias —le sonreí con ternura— ¿Cuánto salió el viaje?
- Para ti: un almuerzo con comida china —a pesar de la opacidad de la noche, noté el cariño en sus ojos—.
- Gracias, Roxana. De verdad, muchas gracias —me incliné y le di el beso en su posicionada mejilla—.
- ¿Estarás bien?
- Obvio, tengo a gente como tú y me tengo a mí. Sobreviviré…y viviré. Lo hago hace mucho —clavé mi vista en ella, sé que me cree, pero ahora debía reafírmalo—.
- Ya, entra a tu casa que hace mucho frío. Hablamos.
- Cuídate, hablamos.


Ella cerró la puerta, transcurrieron un par de segundos y el auto arrancó. Mientras lo observaba alejarse por la calle, suspiré y murmuré con tranquilidad: “viviré…lo hago hace mucho”. Sonreí y busqué las llaves de mi hogar.